Buenos Aires: Presupuesto Educativo, un nuevo retroceso histórico

Parte I: Análisis presupuestario 2016-2019: el constante ajuste de M. E. Vidal a la educación

Documento de Trabajo Punto Docente N° 18

Centro de Abordaje y Difusión de Problemáticas Educativas Gremiales e Históricas

 

Por Virna Quentrequeo y Lorenzo Labourdette,  con aportes del grupo editorial de Punto Docente (CAPEGH).  

 

Introducción    

La precarización pedagógica/laboral en el sistema educativo bonaerense no reviste novedad. Es así al menos desde la dictadura militar de 1976. Un proceso que experimentó diversas modalidades  en cada uno de los gobiernos democráticos desde 1983 hasta la actualidad. Los permanentes ajustes del Plan Austral durante el gobierno de Raúl Alfonsín promovieron la continuidad material de las condiciones establecidas por la dictadura en las escuelas nacionales y provinciales: sobrepoblación áulica, falta de edificios, turnos reducidos, cargos sin cubrir por falta de presupuesto, bajos salarios que impusieron la necesidad de trabajar dos o tres cargos, entre otros. De hecho, en este último sentido, durante la gobernación de Armendariz (UCR: 1983-1987) se impuso en Buenos Aires (Resolución 1917/87, DGEyC)  la “posibilidad” de titularizar el segundo cargo en primaria. Medida que recibió la oposición gremial por legalizar la necesidad del doble cargo para vivir[1] (hoy inconcebiblemente naturalizado).

A ello se agregó, durante los gobiernos de Carlos Menem (1989-1999), la reforma educativa que incluyó una nueva estructura  (la EGB de 9 años obligatorios y el Polimodal) y la descentralización  del sistema hacia las provincias sin financiamiento (política sostenida hasta el presente por todos los gobiernos).  Las decaídas escuelas primarias, tuvieron que albergar en sus reducidos espacios un crecimiento exponencial con el nuevo octavo y noveno obligatorio. Instituciones que luego dieron lugar al Polimodal (más tarde la nueva secundaria). La precarización se expresó en todas sus dimensiones. Estos rasgos fueron profundizados durante el gobierno nacional de la Alianza y el bonaerense liderado por el PJ (Rouckauf-Sola).

El neoliberalismo se manifestaba en toda su plenitud en el sistema educativo. Un reflejo de lo que acontecía socialmente con el desarrollo del capitalismo y sus concretas necesidades en la formación de la fuerza de trabajo[2]. Así, el devenir del capitalismo en la Argentina (mayor o menor inclinación al agro o  a la industria, con mayor o menor precarización laboral, con incremento o disminución de la desocupación,  pobreza, etc.) ha sido fundamental en la determinación de las políticas educativas desarrolladas por los diferentes gobiernos. Al mismo tiempo, es el desenvolvimiento de la lucha de clases (la confrontación entre trabajadores y empresarios, entre las fuerzas sociales constituidas por unos y otros en la dinámica de las alianzas políticas en pugna) lo que determinó el devenir del capitalismo y por ende las formas y contenidos que fue asumiendo en su desarrollo. Lo cual a la vez fue crucial en la definición de la política educativa y, por derivación, en los acuerdos macros legislativos para las erogaciones presupuestarias.

La intensificación del conflicto social en la Argentina del 2001/2002 imprimió una nueva lógica a la política burguesa. La lucha de clases impulsó una reconfiguración en la avanzada neoliberal. Con la llegada de Néstor Kirchner en 2003, y luego de Cristina Fernández, se impuso  un neoliberalismo social de emergencia[3] con el fin de recomponer el jaqueado sistema de dominación. Se dieron respuestas a algunas demandas sociales exigidas en el proceso de lucha (presupuestos educativos, un nuevo sistema de primaria y secundaria obligatorias de seis años cada una, expansión universitaria y del CONICET,  Asignación Universal por hijo, la política de DDHH, créditos blandos, abaratamiento del transporte y los servicios, etc.)[4]. Sin embargo, cuando comenzaron a apaciguarse los efectos del descrédito social sobre la actividad política de los partidos tradicionales, y la lucha de clases se alejó de los violentos enfrentamientos del 2001/2002, se inició un paulatino re ajuste de las políticas sociales. Por ejemplo, en Buenos Aires el presupuesto educativo que había alcanzado su nivel más alto en 2008 comenzó a descender de manera sostenida durante toda la gobernación de Daniel Scioli: del 33,2% en 2008 a 27,8% en 2015. Asimismo, en ningún momento se promovió revertir la precarización pedagógica y laboral (tampoco la salarial) característica de los años precedentes, dando continuidad al neoliberalismo de los años noventa y profundizando esas condiciones ya sea en las paupérrimas condiciones de infraestructura escolar, particularmente en el castigado conurbano bonaerense, o bien en los mecanismos de acreditación ejecutiva a través de planes tales como el FINES o FINES 2, en donde dicha precarización alcanzó límites sumamente innovadores en educación (ahondaremos en el próximo Documento de Trabajo).

Recompuesta la hegemonía, garantizada la dominación social a través de la nueva credibilidad en los partidos políticos tradicionales (demostrado en el balotaje de 2015 con el 99% de los electores votando por uno u otro candidato conservador), la política educativa sigue los carriles concordantes con el desenvolvimiento del capitalismo argentino sustentado en el neoliberalismo a secas expresado en el gobierno nacional de Mauricio Macri y el provincial de María Eugenia Vidal. Lo cual puede observarse en el análisis de los presupuestos educativos.

 

Primera observación: El presupuesto general de Buenos Aires en perspectiva comparada 2016-2019

 

LeyAñoPresupuesto Gral. Pcia. Bs. As.Presupuesto Educativo Pcia. Bs. As.

(Incluye presupuesto para universidades provinciales y Fondo Pcial. Educación)

% Relación presupuesto gral y educ.Inflación
  PresupuestoSíntesis%  Inter

anual

PresupuestoSíntesis      % 

Inter

anual

14.8072016354.244.282.441354 mil M.+47,6%

 

+20,5%

 

+47,5%

97.461.231.80097,5 mil M. +31,7%

 

   +28,5%

 

+35,8%

27,54%40%[5]
14.8792017522.602.411.101522,6 mil M.127.660.385.500127,6 mil M.24,41%25% Indec
14.9822018629.962.905.941630 mil M.164.118.550.292164 mil M.26,03%47,6%  Ind.
15.0782019929.466.529.724929,5 mil M.222.772.203.945222,7 mil M.23,95%26% Proye.
Relación    2016/2019 = 162%115,6%Relación       2016/2019 = 129%    96%      138%
Cuadro 1: Fuente elaboración Punto Docente.

 

El Presupuesto General para 2016 (354 mil millones de pesos) se incrementó para 2019 (929,5 M.M.) un 162% considerando la relación directa de ambos extremos. Sin embargo, si se considera la evolución interanual (Cuadro 1) el resultado es 115,6%. De manera que un promedio de ambos indicadores resuelta en un incremento del 138,8% entre 2016 y 2019. Se puede observar como este crecimiento del presupuesto general es comparable con la evolución interanual de la inflación: 138% considerando la proyección 2019 (sobre la cual se ejecutará el presupuesto 2019) y los datos inflacionarios oficiales.  En este mismo sentido se observa que la relación 2018-2019 tuvo un crecimiento del 47,5%, lo cual se encuentra en sintonía con la evolución inflacionaria dada a conocer por el INDEC para 2018, a saber 47,6%Ninguna novedad, un presupuesto que crece en idéntica sintonía con la inflación.

Sin embargo, se imponen dos cuestiones interrelacionadas a esta primera aproximación. La primera es falta de correlación entre esta evolución y la vinculada a educación, siempre con tendencias a la baja como se verá en el próximo apartado. La segunda se vincula al problema del endeudamiento provincial que acumula un nuevo record histórico. Según Hernán Lacunza, ministro de Economía bonaerense, la deuda para junio de 2018, con un dólar a $28.85, tuvo un incremento de 110 mil millones de pesos en tres meses en virtud de la devaluación. En los hechos, se triplicó la deuda sostenida en 2015[6]. Con el actual dólar a $ 38, el stock  (13.265.5 millones de dólares en junio) se ubicaría en torno a los 450 mil millones de pesos de deuda, la mitad de los 929 mil millones proyectados como presupuesto general provincial 2019. Más del doble de lo proyectado para educación. En términos de pagos, se aprobó para 2019 una suma de 84 mil millones de pesos[7]: la tercera parte de lo proyectado para educación. Se advierte así que las cuentas provinciales están atravesadas por una enorme crisis financiera, producto de endeudamientos indiscriminados consensuados por todas las fuerzas políticas tradicionales de la provincia (PRO-PJ-UCR) y ejecutado por el gobierno de M. E. Vidal. Vale recordar que el Frente Renovador y Unidad Ciudadana (FPV) votaron en contra del presupuesto enviado por la gobernadora, bajo la consideración de que una mayoría simple era suficiente para su aprobación (lo cual sucedió). En cambio, para el endeudamiento que requiere de ¾ partes de los votos el Frente Renovador (de Sergio Massa) habilitó sus diputados y Unidad Ciudad-FPV, que se había expresado en contra del presupuesto y el endeudamiento, finalmente habilitó el “bloque de los 7”, liderado por Martín Insaurralde (Intendente de Lomas de Zamora), con lo cual hizo posible la aprobación de la ley[8].

 

Segunda observación: El presupuesto asignado a educación: Relación 2016 y 2019

 

Cuadro 2: Evolución porcentual del presupuesto educativo en la Provincia de Buenos Aires: 2016-2018.

Del Presupuesto General 2016 se asignaron 97 mil millones para educación, elevándose a 222,7 mil millones para 2019, significado un incremento del 129% si lo que se considera es la relación directa de ambos extremos. Sin embargo, si se considera la evolución interanual (Cuadro 1) el resultado es del 96%. De manera que un promedio de ambos indicadores resuelta en un incremento del 112,5% entre 2016 y 2019. Así lo que se aprecia para todo el período en relación al presupuesto general (138, 8%) y a la inflación (138%), es una evolución negativa del presupuesto destinado a educación (112,5%). Ello demuestra como la educación durante el Gobierno de María Eugenia Vidal ha sido una variable de ajuste del presupuesto provincial.

Una mirada alternativa  de la relación Presupuesto General/Presupuesto Educativo reafirma la idea. Para 2016 el Presupuesto General había sido de 354 mil millones, el educativo de 97 mil millones: 27,54%. Para 2017, la relación fue 24,41%. En 2018, del 26,03%. Finalmente para 2019 fue del 23,95%. De estos datos surgen puntos de análisis.

En primer lugar, si comparamos con lo observado históricamente en el Documento de Trabajo Punto Docente N° 13, el presupuesto educativo para 2019, al igual que el asignado a 2017, son los dos más bajos en los últimos 25 años. Recordemos, por ejemplo, que en 1987 cuando la obligatoriedad no regía en los niveles secundario y preescolar, e incluso cuando muchas secundarias no dependían de la provincia, se denunciaba el bajo presupuesto asignado a la educación bonaerense: 25% del presupuesto general[9]. Tres décadas más tarde, con extensión de la obligatoriedad, mayor población y edificios, más docentes y alumnxs, el presupuesto educativo es incluso menor al 24%.  Ello expresa la consolidación de la hegemonía[10] luego del quiebre institucional del 2001 y de la recomposición de la misma durante los gobiernos kirchneristas. Esta consolidación da lugar a la transición del neoliberalismo social emergencia kirchnerista al neoliberalismo a secas macrista. Las políticas de violento ajuste económico, en contexto aún de relativa paz social, son una clara expresión de todo este proceso de afianzamiento de la hegemonía.  Ello conlleva la progresiva flexibilización y precarización de las condiciones en que se desenvuelve el triangular proceso enseñanza/aprendizaje/trabajo escolar. Mayor titulación/acreditación, mayor cantidad de egresados, no refleja mejor educación. Esta situación fue caracterizada en El Correo Docente[11] como “degradación” educativa, un proceso que lleva décadas de evolución en la Argentina, que ha tenido diversas expresiones, siempre sobre la base de esta continuidad.

En segundo término, se puede apreciar  que la gobernadora disminuye los presupuestos educativos en años electorales: 2017 y 2019. Lo cual  demuestra que en sus expectativas la  inversión en educación pública no es una variable a ser mostrada con orgullo durante las campañas, aunque sí como recurso simbólico discursivo. Recordemos que tras su escandalosa afirmación “nadie que nace en la pobreza…hoy llega a la universidad”[12], buscó retractarse aseverando que para “que todos tengan su oportunidad, tenemos que apoyar la educación pública, desde el nivel inicial hasta la universidad pública”[13]. Solo seis meses más tarde de esta puesta en escena discursiva propone el presupuesto educativo provincial más bajo de los últimos 25 años.

Finalmente, se concretó lo que afirmábamos en 2017 acerca de los sucesivos endeudamientos: “redundarán en futuros ajustes orientados al pago de los mismos” (Documento de Trabajo Punto Docente N° 13). Un futuro que no deja de llegar y se expresa en el presupuesto 2019 para educación: el más bajo de las últimas décadas en un contexto en el cual se pagarán, en términos de deuda provincial, 84 mil millones de pesos. Así, la acumulación de deuda (consensuada por conjunto de los partidos políticos tradicionales) demandó una variable de ajuste: María Eugenia Vidal decidió que fuera, entre otras, la Educación.

Todo ello sin dejar de lado el uso irresponsable de los fondos del IPS y el riesgo correspondiente que recae sobre nuestro actual sistema jubilatorio, amenazado con reformas regresivas orientadas a procurar nuevas fuentes temporarias  de financiamiento provincial. Cabe señalar que nuestro sistema jubilatorio es absolutamente solvente[14]. Recordemos que la infructuosa propuesta de reforma de diciembre de 2017 se vio paralizada en virtud de las  violentas protestas surgidas por la reforma previsional nacional (ANSES) y por la reforma jubilatoria de lxs trabajadorxs del Banco Provincia de Buenos Aires. Nuevamente, la intensificación del conflicto social pudo frenar el avance sobre los derechos sociales, educativos y laborales.

 

Conclusión        

El presupuesto educativo durante el Gobierno de M. E. Vidal ha sido un resorte clave en el programa de ajuste del gasto público. Llegando a ser el 2019 un nuevo punto de inflexión en el proceso. Ello, inexorablemente, se traducirá en  una política educativa orientada a flexibilizar aún más las condiciones pedagógicas, de trabajo y salariales. De ser posible también las previsionales. Lo cual redundará, de acuerdo a las necesidades laborales del capitalismo argentino, en una profundización del proceso de “degradación” del sistema y la práctica educativa.

Entre otras cuestiones, se expresará en una escasa inversión en infraestructura y recursos pedagógicos, se ampliarán las fusiones de cursos, incrementándose la población áulica y empeorando las condiciones de enseñanza/aprendizaje/laborales. Se afectará negativamente el programa de Servició Alimentario Escolar (SAE), disminuyendo los cupos de comedor y la calidad. Al mismo tiempo, aumentará la auto explotación laboral orientada a compensar las pérdidas por inflación (en 2018 se recompuso un 32% el salario frente a 47,6% de inflación anual). A la vez se profundizarán las regresivas reformas parciales del sistema educativo experimentadas durante  2018: en educación de adultos, técnica y superior; en los equipos de orientación escolar (EOE) y en  la formación profesional, entre otras.

Estas últimas reformas, relacionadas al ajuste presupuestario en educación, serán abordadas en elpróximo Documento de Trabajo Punto Docente.

                                                                                                          25 de enero,  2019

 

Nota: Agradecemos una devolución crítica de este material que pueda profundizar el debate y enriquecer los argumentos ya sean a favor o en contra de lo expresado.

 

[1] Diario El Día, 28 de mayo de 1987. Desde la Asociación de Maestros se afirmaba que el doble cargo incidía “en su desgaste físico, en su rendimiento y en su necesario equilibrio emocional, como lo testimonia el número cada vez más elevado de docentes que precisamos tomar largas licencias para nuestra recuperación”. Afirmaba que “El maestro, que necesariamente debe estudiar… para estar actualizado,… planificar su tarea, renovar sus energías y entusiasmo…y que frente a sus alumnos debe trasuntar equilibrio, paz interior, alegría de vivir y renovada fe en el destino del hombre, necesita un margen de tiempo que le permita dedicarse con plenitud a su tarea y para ello es preciso retribuirle correctamente’”. Por su parte desde la Agremiación Docente Unificadora (ADU) se sostenía: “nosotros queremos un real aumento salarial que no obligue a la búsqueda de dos cargos, porque…esto contribuye al deterioro de la calidad de la enseñanza”.

[2] Ver Oreja Cerruti María Betania y Carcacha Guillermo, “Capital, educación y crisis” en Revista Mascaró, Año 4, N°30, mayo-junio 2015. Difundido como Documento de Difusión Punto Docente https://puntodocente.wordpress.com/documentos-de-difusion/ . Allí oportunamente se indica que: “Si nos preguntamos por la crisis de la educación es central considerar las necesidades de formación de fuerza de trabajo en esta etapa histórica. En Argentina, el proceso de acumulación capitalista basado en la supervalorizada renta agraria ha convertido a una porción cada vez mayor de la clase trabajadora en superpoblación obrera sobrante latente, degradando su subjetividad productiva. Otra porción ha perdido incluso la posibilidad de reproducirse a partir del trabajo asalariado, siendo arrojada a condiciones de supervivencia en la que es condenada a una muerte acelerada. Mientras tanto, una porción minoritaria de la clase trabajadora se forma en un circuito diferenciado que le permite dirigir y organizar los procesos productivos en nombre del capital a partir de una conciencia científica determinada…Lo que el pueblo trabajador vive como crisis de la educación no es más que la crudeza con la que el capital relanza el proceso de acumulación”.

[3] Ver Quentequeo Virna y Labourdette Lorenzo, “Presupuesto Educativo en Buenos Aires: el más bajo en 23 años. Política educativa, presupuesto y lucha social: del neoliberalismo social de emergencia ‘K’ al neoliberalismo ‘M’”. Documento de Trabajo Punto Docente N° 13.  Febrero, 2017. En este trabajo caracterizamos como neoliberalismo social de emergencia “al objetivo  político fundamental del kirchnerismo, a saber, la recomposición del sistema de dominación a través de la  recuperación de la hegemonía social perdida tras la gran crisis del 2001: desterrar el “que se vayan todos”, el voto en blanco, a los próceres o la feta de fiambre en el sobre. De ahí la aplicación de políticas de la agenda de reclamos sociales, enmarcadas en un fuerte discurso orientado a interpelar a amplios sectores de la sociedad. Todo ello sin quebrar los resortes fundamentales de la estructura socioeconómica establecidos en los noventa, por ejemplo la continuidad de la flexibilización y precarización laboral de la década anterior o bien la caracterización de la educación como Pública pero con gestión estatal o privada (un gran principio neoliberal establecido en la reforma de los 90’)”.

[4] Para asistir a un análisis crítico sobre este proceso ver: Rajland Beatriz, “El estado del Estado en Argentina después del 2001. Continuidades y rupturas”, en Thwaites Rey Mabel (Editora), El Estado en América Latina: continuidades y rupturas, Santiago de Chile, Editorial Arcis/Clacso. Disponible en http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20121127121700/ElEstadoenAmericaLatina.pdf.

[5] Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Congreso Nacional. Índice construido durante el kirchnerismo por fuerzas políticas opositoras en el Congreso Nacional como fuente de información alternativo a las cifras oficiales. Promedia el índice inflacionario de Ciudad Aut. de Bs. As., San Luis y varias consultoras privadas.

[6] Ver Infocielo.com, “La deuda pública bonaerense creció 110 mil millones de pesos en tres meses y ya triplica la de 2015”. En línea:  https://infocielo.com/nota/100152/la_deuda_publica_bonaerense_crecio_110_millones_de_pesos_en_tres_meses_y_ya_es_el_triple_de_la_que_habia_en_2015/?fbclid=IwAR0V0RmXywea-p5z51ZiXIdiTbmhao6sDucE6u7hHF0UxlYuyB5wwsiLjPI

[7] Infocielo.com, Op. Cit.

[8] Diario Clarín, 4 de diciembre de 2018. “Provincia de Buenos Aires. Con apoyo peronista, María Eugenia Vidal consiguió la sanción del endeudamiento y el Presupuesto 2019”. En línea: https://www.clarin.com/politica/senado-bonaerense-aprobo-presupuesto-endeudamiento-pidio-maria-eugenia-vidal_0_HgKZxUtKs.html

[9] Diario El Día, 6 de diciembre de 1987. “Una escuela de baja calidad que no enseña a pensar ni a crear”. Testimonio de dirigentes gremiales de la Agremiación Docente Unificadora (ADU).

[10] Cuando referimos a hegemonía hablamos de un momento político en el cual existe consenso otorgado por la sociedad al sistema político y sus gobernantes. Su quiebre puede expresarse de diferentes formas, desde el “que se vayan todos” al masivo voto en blanco pasando por la feta de fiambre en el sobre electoral. Mientras que la apuesta a un gobernante, por ejemplo el 54% de los votos a Cristina Kirchner, refleja la recomposición de esa dominación, la nueva confianza en el sistema de dominación.

[11] El Correo Docente, Año 1, N° 1, Mayo 2016. “¿Por qué luchamos?. Defendamos la educación de la degradación”.

[12] https://www.youtube.com/watch?v=AflHEGwSLQw

[13] Diario Clarín, 31 de mayo de 2018. “Acto en La Plata. Tras la polémica, María Eugenia Vidal pidió ‘apoyar la educación pública…’”. En línea:https://www.clarin.com/politica/polemica-maria-eugenia-vidal-pidio-apoyar-educacion-publica-inicial-universidad_0_Sk9CCOTkQ.html

[14] En Buenos Aires, el sistema previsional docente es solvente cuando existe una relación de 3 activos y 1 pasivo. En la actualidad existen  282 mil docentes en actividad y 113 mil jubiladxs. Sin embargo, en la consideración hay que ponderar que la jubilación es completa en el primer cargo y proporcional en el resto de ellos. De ahí que, la necesidad de los activos de trabajar en dos o tres cargos, hace que la relación finalmente cierre en términos positivos con superávit para el sector.

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